PONENCIA PRESENTADA POR ROLANDO GOYAUD EN EL 14º CONGRESO DE HISTORIA DE LOS PUEBLOS BONAERENSES, 9 DE JULIO, 18 ABRIL 2013

2. LOS ISLEÑOS


  Moreno señala que más gente hablaba castellano que en su  visita de 1937. Había 7 escuelas primarias, ninguna secundaria, los pudientes costeaban estudios superiores en Gran Bretaña, Chile o Uruguay. En el Colegio Ward de Ramos Mejía, Bs. As.  cursaban el primario dos niñas malvinenses. Eran Jennifer Rowland y Oddete Ghost compañeras de mi hijo Rolando Goyaud. Las maestras las trajeron a nuestra casa a festejar su cumpleaños y a observar las condiciones de vida y de recepción.
En Malvinas había 3 templos: 1400 anglicanos, 400 evangelistas y 300 católicos. El gobernador Haskard prestó al misionero saleciano Migone el libro del jurista norteamericano Goebel.
El capellán descubrió que el norteamericano defendía la tesis argentina. Al devolverle la obra le dijo: Gracias excelencia por su contribución a la causa argentina.
El gobernador extrañado le preguntó: ¿Por qué me dice eso?
-Porque Gobel prueba que desde el punto de vista legal las Malvinas son argentinas. El gobernador quedó pasmado.
¡No había leído el libro!
En Stanley estaban: casa del gobernador, secretaría colonial, templos, obras sanitarias, museo, policía, correo, matadero y dos estaciones rastreadoras de satélites. El gobernador tenía un quintero local y una mucama uruguaya. El lechero Clifton  con 30 vacas entregaba la leche en botellas de whisky. Con frío o viento se reunían en el club, comían pan dulce, bebían cerveza y whisky y cuando se ponían eufóricos deseaban la administración argentina.
Antes los sancionaban por argentinismo, como el caso del consejero Biggs al que destituyeron por declarar que prefería la dependencia del gobierno argentino. Pero Moreno notó en su segundo viaje que la mentalidad isleña cambió.
 Los argentinos residentes eran Reinaldo Red y Cecil Bertrand, favorables a la Argentina.
En 1965 muchos isleños emigraron a Nueva Zelanda porque la UN encaraba la devolución de las islas. Moreno opinaba que podían vivir unas 30.000 personas con la cría de ganado, pesca, industria, comercio y oficios liberales.
Debido a que el archipiélago es puerto franco, los artículos importados eran económicos. Exportaban lana y cuero de oveja a Gran Bretaña, monopolizado por la compañía Falklands, cuyos accionistas residían en Inglaterra y poseían la mitad de las tierras, el supermercado, los dos hidroaviones de cabotaje, el barco Darwin y la oficina de cambios.
  En esa época había más de 600.000 lanares pero pocos vacunos, porcinos y cabríos. Para tener más cueros y lana preferían tirar la carne de oveja sobrante, en vez de conservarla en el frigorífico que fue levantado en 1948.
El archipiélago es rico en fauna: elefantes marinos, loberías, pingüinos, pejerreyes, róbalos, truchas, sábalos, anchoitas, además, de moluscos, crustáceos y algas marinas.
Moreno comprobó que en Malvinas no había miseria, ni robos, ni crímenes. Durante su visita el único preso era un homosexual, pero había numerosos casos de divorcio e infidelidad.
En 1970 la población era de 2000 habitantes, trabajaba en oficinas públicas o en la compañía, con sueldos equivalentes a 80-140 dólares y cada 3 años y medio tenía 3 meses de vacaciones, con pasajes pagos al extranjero. Había 1000 autos, jeeps, Land Rovers y motocicletas.
Al hospital local le faltaban cirujanos y medicamentos. Moreno cita el caso de Joseph Booth, internado en Stanley dos meses por la fractura de huesos de la pierna derecha. Al salir del hospital le sobresalía bajo la piel el extremo de un hueso quebrado. En Montevideo le aserraron el saliente, pero quedó rengo con una pierna más corta. Moreno hace notar que la comunicación con Argentina permitiría llevar a los enfermos a Río Gallegos o a Comodoro Rivadavia, en una hora de avión o en un día de barco. El Darwin, una vez por mes navegaba siempre repleto. Los pasajes se reservaban con un año de anticipación,